Nadie conoce a Bukowski
Soñé que encontraba a Charles Bukowski bailando en la calle a la luz de la luna. Bueno..."bailando" es una forma de hablar, porque no movía los pies ni los brazos, sólo la cabeza, hacia adelante y hacia atrás. Tenía una barba sucia de 2 o 3 semanas, el pantalón meado y la camisa empapada de sudor y whisky barato. Olía a podrido. A viejo. A vómito seco. A mierda ácida. Olía como creo que deben oler los muertos.
Yo no lo miré directamente a los ojos porque nunca miro a los locos a los ojos, pero creo haber oido que dijo:
- Soy la huella dactilar de la polla de Dios en la tierra...
Entonces busqué un libro que llevaba en la mochila y se lo regalé.
Lo cogió con ambas manos.
No parecía sorprendido.
Me sonrió y se fue.
Yo no lo miré directamente a los ojos porque nunca miro a los locos a los ojos, pero creo haber oido que dijo:
- Soy la huella dactilar de la polla de Dios en la tierra...
Entonces busqué un libro que llevaba en la mochila y se lo regalé.
Lo cogió con ambas manos.
No parecía sorprendido.
Me sonrió y se fue.
16 comentarios
nadie -
aLZiNouS -
guisante -
Chaski -
la sombrilla insolada -
ezcritor -
Grisín -
Muy buen trabajo.
nadie -
Ya veremos...
carlos -
"nadie conoce a nadie", me dijo antes de escapar a la zona onírica donde vive.
*
Nadie -
nadie -
Mira que intento no subestimar al lector, pero está visto que uno no puede ser elegante y sutil en este mundo.
Pincha el enlace, so vago.
Nuala -
son -
nadie -
Y discutir sobre ligas... prefiero arrancarlas a mordiscos.
Nuala -
En algún lugar del mundo de los sueños, del Sueño, hay un café donde nuestros escritores favoritos se reúnen para tener una animada tertulia. La conversación es tan agradable que nos quedamos allí horas y horas, discutiendo de lo divino y lo humano, disfrutando de la compañía mutua.
Por la mañana algunos soñadores no se despiertan y les encuentran muertos con una sonrisa en la cara. Nadie lo sabe pero se están tomando otro café y en este momento discuten quién ganará la liga.
aberron -
Por cierto, muy sana la costumbre de regalar libros de Whitman: cada día somos más.