El sueño de Burroughs
El viejo William parece cansado. Se levanta por la mañana, se mira al espejo y estudia su imagen. Sabe que no debe creer en lo que ven sus ojos, pero desconfía de su propia desconfianza. Dice:
- Imagina una mesa de juego con sólo dos jugadores. Se hacen apuestan muy fuertes. El todo por el todo y más. Finalmente uno de ellos (el más joven) se levanta llorando. El otro le ha ganado su juventud, lo ha convertido en esclavo absoluto…
El reflejo del espejo no contesta. Entonces él insiste:
- No creo que el silencio sea un instrumento de terror. El silencio, en todo caso, sólo asusta a la gente que habla compulsivamente.
Entonces el reflejo se ríe.
11 comentarios
paula -
gonzalo -
suerte.
pierre -
nadie -
El día 6 de enero te hago una visita, andá preparando el ceviche.
Gusnielsen -
burma -
échate a temblar
Ella y su orgía -
Abrazo orgiástico.
carlos -
por fin el post de Burroughs, lo estaba esperando anhelante... y sin hacerme viejo!!!
*
maray -
la sombrilla insolada -
Pero mira, eso al fín y al cabo, no es tan malo.
Nuala -
Pero claro, los espejos no suelen ser compasivos. Te dicen lo que hay. En este caso, un viejo yonqui que habla con su imagen en el espejo. Para romper el silencio. Para olvidar que está solo.