Supongamos por un momento que odias a los McDonalds.
Supongamos que nunca te has tragado su ambiente falsamente alegre y familiar, supongamos que estás convencido que Ronald McDonald es un psicopata pederasta y supongamos también que sólo el olor de sus hamburguesas de mierda te hace vomitar.
Supongamos.
Y ahora supongamos, por ejemplo, que estás esperando a alguien a la salida del metro de Krasnopreneskaya (Moscú) y no hablas ni entiendes ni una sola palabra de ruso. Y tu colega se retrasa... media hora y una hora y dos
Entonces supongamos que vuelves a coger el metro porque te has cansado de esperar y no llevas mucho dinero. Te has dejado la cartera (junto con la documentación, por cierto) en la habitación del Hotel. Pues eso que coges el metro... pero... te equivocas de línea... y te pierdes. Sales en una estación pero no es la tuya. Arbatskaya. Se escribe parecido, pero no es. No parece ni siquiera el mismo barrio. Quien sabe con todas esas letras raras y kas y erres al revés ¿Arkragankaja? Tenías que haberlo apuntado mejor. Preguntas, pero nadie te comprende. Tu inglés es pobre, pero tu pronunciación rusa debe ser aún peor. Patético. Preguntas a otro. ¿Arbrashankayja? Tampoco. Se hace tarde. Está nevando. Un yonki te sigue. No le quita ojo a tus zapatillas deportivas. Te dice algo. Tu sigues andando. No puedes estar muy lejos. Hace frio. Cruzas un par de calles. Se hace de noche. Hace MUCHO frío. Sigues andando. De pronto ya no hay gente por la calle.
Estás perdido. Sin dinero, sin voz, sin identidad. Vuelves atras. Todas las calles son iguales. Estás solo. Si desaparecieras ¿quien te echaría de menos? Perdido. Perdido es poco. Habría que inventar otra palabra. Buscas a un policía, aunque en el Hotel te hayan advertido: Si tiene algún problema NO vaya a la policía. Pero aún así ni un policía. Ni un alma. Ni un perro en la calle. Estás solo. Oyes pasos, pero no ves a nadie. ¿Miedo? No. Terror... Terror ontológico.
Y de pronto
Supongamos que ves el logotipo del McDonalds. Dorado, luminoso, resplandeciente. Y el vigilante de seguridad te abre la puerta. Y entras. Y adentro hace calorcito. Y pides un Big Mac y te ENTIENDEN y te lo ponen y te alcanza el dinero y te lo comes... y te gusta. Y te gusta MUCHO.
Y de pronto te das cuenta que estás llorando.
.
.
Supongamos que nunca te has tragado su ambiente falsamente alegre y familiar, supongamos que estás convencido que Ronald McDonald es un psicopata pederasta y supongamos también que sólo el olor de sus hamburguesas de mierda te hace vomitar.
Supongamos.
Y ahora supongamos, por ejemplo, que estás esperando a alguien a la salida del metro de Krasnopreneskaya (Moscú) y no hablas ni entiendes ni una sola palabra de ruso. Y tu colega se retrasa... media hora y una hora y dos
Entonces supongamos que vuelves a coger el metro porque te has cansado de esperar y no llevas mucho dinero. Te has dejado la cartera (junto con la documentación, por cierto) en la habitación del Hotel. Pues eso que coges el metro... pero... te equivocas de línea... y te pierdes. Sales en una estación pero no es la tuya. Arbatskaya. Se escribe parecido, pero no es. No parece ni siquiera el mismo barrio. Quien sabe con todas esas letras raras y kas y erres al revés ¿Arkragankaja? Tenías que haberlo apuntado mejor. Preguntas, pero nadie te comprende. Tu inglés es pobre, pero tu pronunciación rusa debe ser aún peor. Patético. Preguntas a otro. ¿Arbrashankayja? Tampoco. Se hace tarde. Está nevando. Un yonki te sigue. No le quita ojo a tus zapatillas deportivas. Te dice algo. Tu sigues andando. No puedes estar muy lejos. Hace frio. Cruzas un par de calles. Se hace de noche. Hace MUCHO frío. Sigues andando. De pronto ya no hay gente por la calle.
Estás perdido. Sin dinero, sin voz, sin identidad. Vuelves atras. Todas las calles son iguales. Estás solo. Si desaparecieras ¿quien te echaría de menos? Perdido. Perdido es poco. Habría que inventar otra palabra. Buscas a un policía, aunque en el Hotel te hayan advertido: Si tiene algún problema NO vaya a la policía. Pero aún así ni un policía. Ni un alma. Ni un perro en la calle. Estás solo. Oyes pasos, pero no ves a nadie. ¿Miedo? No. Terror... Terror ontológico.
Y de pronto
Supongamos que ves el logotipo del McDonalds. Dorado, luminoso, resplandeciente. Y el vigilante de seguridad te abre la puerta. Y entras. Y adentro hace calorcito. Y pides un Big Mac y te ENTIENDEN y te lo ponen y te alcanza el dinero y te lo comes... y te gusta. Y te gusta MUCHO.
Y de pronto te das cuenta que estás llorando.
.
.
17 comentarios
vireta -
Eride -
Gordi McFiel y Rencorosos Unidos Jamás Serán Vencidos.
son -
La vengadora insomne -
monica -
maray -
kaperuzita -
nadie -
kaperuzita -
nadie -
Aunque io no canto. Solo le sostengo el cubata.
kaperuzita -
quando sono triste e stanca
tuuuuuuuuuuu pensi solo per te........
Joder, no me hable hoy de hamburguesas, ande.
Nuala -
No. En realidad tú equivalía a nadie. Elegía. Si tengo que elegir entre un ex y nadie, prefiero a nadie. ;)
nadie -
Cada uno tiene los fantasmas que se merece... (es una broma, no te cabrees).
Nuala -
Hay momentos muy puntuales en la vida en que nos sentimos completamente perdidos y solos. En esos casos una hamburguesa, una taza de té, un orgasmo se convierten en un salvavidas, tu tabla de náufrago.
Ese algo que te hace sentir bien y encontrarte, te arrancará de lo más hondo de tu ser unas lágrimas incontenibles, lágrimas de puro agradecimiento. Porque en ese momento eres consciente de todo el horror que acabas de dejar atrás. Eres consciente de haber paseado al borde de un abismo.
La sensación de bienestar es la que nos da la medida del malestar que nos aquejaba.
No todos los días te salvan y te salvas. La cosa más tonta.
............................
Que conste que al abrir esto lo primero que leí fue "Ex versus Tu". Tú claro.
nadie -
No.
En serio. Si los textos o los dibujos dijeran lo mismo, uno de los dos sobraría. ¿No?
anónimo -
el che -
NUNCA DIGAS DE ESTA MIERDA NO HE DE COMER.