Este fin de semana he visitado a mi amigo Wilbur Mercer en su refugio de la montaña. La tarde se pasó rápidamente, entre cervecitas y rarezas discográficas. Llegada la noche mi amigo dijo:
- Hoy no hay luna. Esta noche la encontraremos.
Se refería a la famosa Amapola Squonk.
Para el que no conozca la historia (o la leyenda) de esta flor, le resumiré que según los expertos es la flor mas rara, delicada y bella que haya existido o pueda existir jamás. Dicen que crece solamente en estado salvaje, que no puede cultivarse, y que la gente que ha tenido el privilegio de verla puede contarse con los dedos de una mano.
Según Wilbur, amante de las causas perdidas y estudioso de lo sobrenatural, el fracaso de las anteriores expediciones para encontrar la Squonk se debía principalmente al desconocimiento de su comportamiento. Según su teoría esta flor se comporta exactamente al contrario que los girasoles, es decir:
- Huye de la luz del sol, y de toda luz en general.
Por eso estábamos allí, en esa noche sin luna, sin linternas ni lámparas. En la oscuridad casi total, arrastrándonos a cuatro patas por el campo, la nariz pegada al suelo, las manos como antenas reconociendo el terreno. Avanzando centímetro a centímetro, metro a metro.
Hasta que, bien entrada la noche, mi colega susurró:
- Creo que la tengo.
Al tacto reconocí un pequeño arbusto con tres o cuatro flores muy pequeñas. Sus tallos eran flexibles como un pelo y sus pétalos suaves como el beso de un bebé. Para mí su olor se parecía a la tarta de manzana que hacía mi abuela, pero según Wilbur olía a una mezcla de pólvora con nuez moscada. Es posible que la flor tuviera la particularidad de producir un aroma distinto para cada persona. Estuvimos allí tumbados durante horas hasta que empezó a salir el sol. Temiendo perder su hallazgo para siempre, Wilbur cortó una de las Squonk y con cuidado la metió dentro de un libro. Yo intenté sacar una foto, aún sabiendo que al dispararse el flash las flores se desvanecerían como la sal en el agua.
Al llegar al refugio, cerramos todas las ventanas, apagamos las luces y abrimos el libro. Pero sólo encontramos un poco de polvo. Como cenizas transparentes.
Luego, ansiosos y desesperados, revelamos los negativos. Pero sólo pudimos ver unos pequeños arañazos en la oscuridad.
- Hoy no hay luna. Esta noche la encontraremos.
Se refería a la famosa Amapola Squonk.
Para el que no conozca la historia (o la leyenda) de esta flor, le resumiré que según los expertos es la flor mas rara, delicada y bella que haya existido o pueda existir jamás. Dicen que crece solamente en estado salvaje, que no puede cultivarse, y que la gente que ha tenido el privilegio de verla puede contarse con los dedos de una mano.
Según Wilbur, amante de las causas perdidas y estudioso de lo sobrenatural, el fracaso de las anteriores expediciones para encontrar la Squonk se debía principalmente al desconocimiento de su comportamiento. Según su teoría esta flor se comporta exactamente al contrario que los girasoles, es decir:
- Huye de la luz del sol, y de toda luz en general.
Por eso estábamos allí, en esa noche sin luna, sin linternas ni lámparas. En la oscuridad casi total, arrastrándonos a cuatro patas por el campo, la nariz pegada al suelo, las manos como antenas reconociendo el terreno. Avanzando centímetro a centímetro, metro a metro.
Hasta que, bien entrada la noche, mi colega susurró:
- Creo que la tengo.
Al tacto reconocí un pequeño arbusto con tres o cuatro flores muy pequeñas. Sus tallos eran flexibles como un pelo y sus pétalos suaves como el beso de un bebé. Para mí su olor se parecía a la tarta de manzana que hacía mi abuela, pero según Wilbur olía a una mezcla de pólvora con nuez moscada. Es posible que la flor tuviera la particularidad de producir un aroma distinto para cada persona. Estuvimos allí tumbados durante horas hasta que empezó a salir el sol. Temiendo perder su hallazgo para siempre, Wilbur cortó una de las Squonk y con cuidado la metió dentro de un libro. Yo intenté sacar una foto, aún sabiendo que al dispararse el flash las flores se desvanecerían como la sal en el agua.
Al llegar al refugio, cerramos todas las ventanas, apagamos las luces y abrimos el libro. Pero sólo encontramos un poco de polvo. Como cenizas transparentes.
Luego, ansiosos y desesperados, revelamos los negativos. Pero sólo pudimos ver unos pequeños arañazos en la oscuridad.
25 comentarios
Vir -
Un cálido saludo.
Anónimo -
carlos -
tienes que contarte alguna otra aventura de estas nocturnas... he oido hablar de una lagartija knoff que se hace pequeña o grande según digas algo incomprensible...
*
LA MISS -
vireta -
tehache -
Eride -
(que sí, que ya me voy a la cama...)
Patton -
mm -
nadie (el manazas) -
Acabo de borrar un mensaje de un tal Patton. Aiansorri.
Su mensaje decía algo así como que tenía un jardín lleno de Squonks.
Pues eso... unos con tanto y otros con tan poco...
Nuala -
Hum. ¿Patton "we caaare a lot" o Patton If everybody is thinking alike, then somebody isn't thinking.? (Me quedo con el primero...qué recuerdos, aquellos monos de Karras...ays)
nadie -
Baldanders -
Gustavo Nielsen -
nadie -
Nepomuk -
Tarta de manzana de la abuela??
Squonk??
Pues mira que a mí la Squonk esta me huele totalmente a granja de maíz en Minesotta...
wilbur mercer -
guisante -
por cierto, hay algo que no veo claro: ¿suave como el beso de un bebe? (estás seguro?)
(¡baboso como el beso de un bebe!!!!!!!!!!)
jé
genial historia!
Kaperuzita -
mire que voy a su bar y lo compruebo
Ella y su orgía -
Cada día me sorprendes más gratamente.
Besitos.
Ralph -
PD: wilbur necesita doce claros de luna para no olvidar lo que no son arañazos en un negativo.
monica -
Domenico -
nadie -
Domenico -