Me pareció ver un lindo gatito
En casa de mis padres siempre hubo muchos animales. Teníamos un jardín muy grande y mi padre no sabía decir que no. Recuerdo por lo menos 7 perros (Sultán, Moro, Terrible, Negro, Angie, Afro y Chiquita), un zorro (llamado El Zorro), un carpincho (el Púas), un pavo real (Sr. Dominguez), dos corderitos (Blanco y Rico-Rico) e innumerable cantidad de gatos.
De uno de esos gatos va esta historia.
Se llamaba Sombra y (como podréis imaginar) era negro como la conciencia de un cura.
Una tarde de verano empezamos a oír un ruido extraño en el tejado de nuestra casa. Un sonido lastimoso e insistente que en un principio no asociamos con nada. Llegada la noche el sonido no cesaba, y no sólo eso, sino que parecía subir de intensidad.
Fue entonces cuando mi hermano preguntó:
- ¿Donde está Sombra?
Pero como estaba por empezar el capítulo de la Pantera Rosa por la tele decidimos que estaría "por ahí" y nos olvidamos del tema. Finalmente llegó mi padre y mi madre le dijo:
- No sé que pasa en el tejado. Debe haber algún pájaro herido o algo. ¡Nos está dando una tarde...!
Total, que mi padre puso la escalera, subió al tejado y le oímos gritar:
- Hostias, hostiaaaaaaaaaaas, hoooooooooossssssssstiaaaaaaaaaaaaaasssssss!!
Allí estaba Sombra. Se había tumbado a tomar el sol, se había quedado dormido y al despertase se había dado cuenta de que estaba literalmente pegado al techo por culpa del alquitrán derretido. No había forma de despegarlo. Mi padre pidió unas tijeras, luego un cutter, luego bajó a por disolvente... Al final, un buen rato despues, escuchamos un terrible grito:
- AAAAAAAAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGRRRRRRRRRRGGGGGGGGGGGGGG!!!!
Y mi padre bajó con el gato envuelto en un paño. Recuerdo que no nos dejó verlo, así que imaginamos lo peor. En la clínica veterinaria le pusieron cremas y lo vendaron de cabo a rabo (nunca mejor dicho). Los siguientes días tuvimos que meterle la medicina y la comida en la boca, hasta que poco a poco se fue recuperando.
Ahora viene lo cachondo de esta historia:
Cuando le quitamos las vendas al viejo Sombra, todo el pelaje del lado que se había quedado pegado era de color PLATEADO. No gris... Plateado. Como un metal cromado. Es decir, a ver si me explico, ese gato brillaba. Era realmente increible. Nunca más, desde aquellos días, he vuelto a ver ese color en ningún ser vivo. Pero lo más divertido de la historia, y lo realmente curioso, es que cuando el gato se cruzaba contigo, digamos, de derecha a izquierda era negro, pero cuando se cruzaba hacia el otro lado, de izquierda a derecha, era del otro color. Parecían realmente dos gatos distintos. De hecho, a mi madre se le ocurrió la idea de ponerle dos nombres. A partir de ese día cuando el gato iba para allá se llamaba Sombra y cuando venía para acá, Reflejo.
Sombra y Reflejo. Dos en uno. Hubo mucha coña en el barrio con este tema, algunos vecinos supersticiosos discutían si traería buena o mala suerte ver al gato, según si iba o si venía. Pero, en fin, sobre ese tema no llegaron a ninguna conclusión seria.
Después... paso el tiempo, y en un año o dos Sombra cambió el pelo varias veces y Reflejo fue desapareciendo. Hasta que llegamos al día de hoy en que ya no estoy tan seguro si todo esto realmente pasó o fue producto de una calurosa siesta de verano.
.
.
15 comentarios
andrea -
FueraDeHora -
TERREMOTO -
Preciosa historia y muy tierna.
Besitos.
pierre -
(V))) -
pobre gato copn dos nombres....!!!
yavalabala -
que hitoria tan bonita, se me ocurren muchos paralelismos...
y me encantan los nombres de los animales...
el primer perro de una amiga se llamaba "tocino", a uno de los cerdos le pusieron "perro"
mocosa -
Amkiel -
carlos -
no es exactamente sombra y reflejo, pero parecen que saben algo más que nosotros.
*
Eride -
Eso sí que iba a ser veciniflipar...
Awake -
XDDDDDDD
Besos!
nadie -
No olvides que hablamos de mi infancia (allá por el siglo XVI).
aiyana -
Nuala -
El tiempo todo lo cura. O por lo menos eso parece por fuera.
Pobre gato. Me pregunto si por dentro volvería a ser igual también.
nadie -