Requiem
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Quiero despedirme de dos buenas amigas.
Pili y Mili.
Eran hermanas mellizas. Gemelas. No exactamente idénticas, pero casi.
De hecho creo que cuando las conocí eran siamesas. Si. Unidas por un cordón. Yo las separé. Bueno separar es un decir, porque en estos años de convivencia íbamos siempre juntos, los tres, a todos lados. Y cuando digo a todos lados, quiero decir a TODOS LADOS. Y si en algún sitio ellas no podían entrar, yo tampoco. Y al revés. Me consta. Porque ellas sin mi no iban ni a la esquina. ¿Habéis oído hablar de la santísima trinidad? ¿No? ¿Y del 3 en 1? Pues éramos nosotros. INSEPARABLES.
Pero el tiempo ese cabrón implacable... ¿Cuantos momentos, días, noches, aceras, calles, autopistas, coches, autobuses, trenes, taxis, aviones, barcos, ciudades, pueblos, montañas, playas, palacios, tugurios... cuantos kilómetros... habremos recorrido juntos?
Murieron este verano. Las dos. Ya estaban viejas y yo no tuve piedad. Lo sé. Demasiadas piedras. Demasiado polvo. Demasiado subir y bajar Se gastaron. Quisieron aguantar hasta el último segundo, negando el tiempo. Pero acabaron reventando.
Sobredosis de caminos.
Las echaré de menos.
Quiero despedirme de dos buenas amigas.
Pili y Mili.
Eran hermanas mellizas. Gemelas. No exactamente idénticas, pero casi.
De hecho creo que cuando las conocí eran siamesas. Si. Unidas por un cordón. Yo las separé. Bueno separar es un decir, porque en estos años de convivencia íbamos siempre juntos, los tres, a todos lados. Y cuando digo a todos lados, quiero decir a TODOS LADOS. Y si en algún sitio ellas no podían entrar, yo tampoco. Y al revés. Me consta. Porque ellas sin mi no iban ni a la esquina. ¿Habéis oído hablar de la santísima trinidad? ¿No? ¿Y del 3 en 1? Pues éramos nosotros. INSEPARABLES.
Pero el tiempo ese cabrón implacable... ¿Cuantos momentos, días, noches, aceras, calles, autopistas, coches, autobuses, trenes, taxis, aviones, barcos, ciudades, pueblos, montañas, playas, palacios, tugurios... cuantos kilómetros... habremos recorrido juntos?
Murieron este verano. Las dos. Ya estaban viejas y yo no tuve piedad. Lo sé. Demasiadas piedras. Demasiado polvo. Demasiado subir y bajar Se gastaron. Quisieron aguantar hasta el último segundo, negando el tiempo. Pero acabaron reventando.
Sobredosis de caminos.
Las echaré de menos.
13 comentarios
venganza morena -
qUe yO me Acuerdo de Ellas
perFectamenTe, Que dOlor, mE ha daO!
burma -
Amélie Poulain -
¿Bailar sobre la moqueta del cuurro descalzo?. Qué bien suena, incluso con todo un ecosistema bajo tus pies.
nadie -
Pero tu no has visto la de mierda que tiene la moqueta de mi curro.
Creo que la quieren declarar patrimonio de la humanidad por la inmensa cantidad de infraespecies en vias de extinción que alberga.
Es ASQUEROSO.
Además este verano una noche que me quedé solo se me ocurrió descalzarme para bailar un poco... y casi me quedo pegado... Lo juro.
burma -
nadie -
De cualquier manera ahora tengo otras, de color negro, muy cachondas, tipo Hugo Chaves.
maray -
Las vacaciones fueron bien, verdad?
(v) i r e t a -
beinvuelto!!
la sombrilla insolada. -
Nuala -
DEP.
Un clavo saca otro clavo. Ahora a buscarte otro par que las reemplace. Aunque nunca será lo mismo, claro.
monica -
No tenías bastante con los cubitos de hielo?
nadie -
Joder. El tiempo no vuela, desaparece.
Glassy -
En todo caso murieron haciendo lo que tenían que hacer, y como lo que tenían que hacer era precisamente lo que querían hacer, vivieron y murieron más felices que muchos de nosotros (toma ya... 1 de septiembre, el fin del verano y ver a los primeros cagaprisas haciéndose dueños de las carreteras me pone filosófica total...).