amor sordo
Mi abuelo Ángel era un tipo de campo. Sencillo y trabajador. Todos los días se levantaba una hora antes que el sol y llevaba sus animales a un prado que tenía a un par de kilómetros de su casa, montaña arriba. Con sol, lluvia, viento, niebla, frío, barro o nieve. Eso sí que era caminar por el lado salvaje.
Conocía a mi abuela, Rosalía, desde que nació. Los pueblos en aquel entonces eran como islas, si nacías allí sabías que casi seguro allí morirías.
Entonces se conocían de toda la vida y se gustaban. Después de muchos años, un día mi abuelo se armó de valor y mirando a mi abuela a los ojos, le dijo:
- Mujer. Sabes que te quiero. ¿Quieres casarte conmigo?
Pero mi pobre abuela, que estaba cargando un saco muy pesado, en ese momento se tiró un pedo. Alto y claro. Un señor pedo. Estruendoso como un terremoto. Y no sabemos si por la emoción del momento o por vergüenza, se puso más roja que el culo de un mandril.
- Perdona. No te he oído bien Dijo mi abuelo.
Ella dudó si la abría oído, pero tímidamente dijo que sí, que ella también lo quería.
Y a partir de aquí empieza el verdadero milagro, porque mi abuelo realmente se había quedado sordo.
- ¡¡Que si quieeereeeees a Rosaliiiiia por espooooooooooosa, leeeeeeeches!!- Tuvo que repetir varias veces el cura.
Y así tuvieron cinco hijos y muchos nietos, uno de los cuales vengo a ser yo.
Pero mi abuelo seguía igual.
-¡Abueeeeeelooooooooo! ¡¡Que dice maaaamaaaaá queeee si nos baaajaaaaaas al paaaaaaaaaarqueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!
-¿Eh?
-Nada abuelo, déjelo.
Hasta que a la edad de 82 años, murió mi abuela.
Y milagrosamente, poco a poco, mi abuelo recuperó el oído.
Conocía a mi abuela, Rosalía, desde que nació. Los pueblos en aquel entonces eran como islas, si nacías allí sabías que casi seguro allí morirías.
Entonces se conocían de toda la vida y se gustaban. Después de muchos años, un día mi abuelo se armó de valor y mirando a mi abuela a los ojos, le dijo:
- Mujer. Sabes que te quiero. ¿Quieres casarte conmigo?
Pero mi pobre abuela, que estaba cargando un saco muy pesado, en ese momento se tiró un pedo. Alto y claro. Un señor pedo. Estruendoso como un terremoto. Y no sabemos si por la emoción del momento o por vergüenza, se puso más roja que el culo de un mandril.
- Perdona. No te he oído bien Dijo mi abuelo.
Ella dudó si la abría oído, pero tímidamente dijo que sí, que ella también lo quería.
Y a partir de aquí empieza el verdadero milagro, porque mi abuelo realmente se había quedado sordo.
- ¡¡Que si quieeereeeees a Rosaliiiiia por espooooooooooosa, leeeeeeeches!!- Tuvo que repetir varias veces el cura.
Y así tuvieron cinco hijos y muchos nietos, uno de los cuales vengo a ser yo.
Pero mi abuelo seguía igual.
-¡Abueeeeeelooooooooo! ¡¡Que dice maaaamaaaaá queeee si nos baaajaaaaaas al paaaaaaaaaarqueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!
-¿Eh?
-Nada abuelo, déjelo.
Hasta que a la edad de 82 años, murió mi abuela.
Y milagrosamente, poco a poco, mi abuelo recuperó el oído.
12 comentarios
manuel -
Talibán freudiano -
Sombra. sombrear, sembrar, segar, soga, sobar, sonda, sorbo, sabor, sucesivo, substancia, substanciación, substancial, subversivo, sucesivo, sotana, sótano, soledad, sordidez, sordo...
sordera!
venganza morena -
Ella y su orgía -
Nepomuk -
50 años de sordera por un pedo. Vaya devoción...
Lástima que no se pueda grabar en un anillo de aniversario.
nadie -
monica -
maray -
nadie -
Excepto en las islas británicas. Si naces allí lo más probable que mueras en cualquier otra parte del mundo.
Mila gritos -
Kaperuzita -
Hoy sólo soy una mitad, pero mi flog no funciona
Así que se lo contaré mañana
monica -