Mi hermano pequeño es ateo practicante.
Aquel año volviendo de un viaje por mar, en algún punto cerca de Gambia, su barco se hundió. Lo buscamos desesperadamente durante meses pero al no encontrarlo finalmente lo dimos por muerto.
Pero varios años después apareció con vida en una pequeña isla que, ya lo habréis adivinado, no figuraba en los mapas.
Se había apañado muy bien. Construyó una casa con muros de adobe y techo de hojas de palmera, un estanque para almacenar agua de lluvia, una empalizada para protegerse de las fieras, un corral para las cabras y una pequeña capilla con un altar.
Cuando le pregunté para que construyó la capilla me explicó:
-Para no ir. Claro.
3 comentarios
nadie -
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monica -
Me ha encantado tu blog. Lo de los relojes es genial.
elprincipito -