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Pues estaba yo aquella noche tomándome un café sin cafeína y fumando un cigarrillo sin nicotina mirando el paisaje por la ventana. Me entretenía mirando los arboles sin raíces y contemplando como las urracas sin alas llevaban comida a sus hijos sin pico cuando de pronto vi una cabra sin patas comiéndose las flores de mi jardín de arena. Enfurecido, cogí mi fusil sin cañón y la maté.
Cuando estaba cavando el pozo para enterrar al animal empezaron a pasar algunas cosas raras. De mi propio jardín empezó a brotar petróleo blanco. Fui corriendo a coger un cubo y una fregona para arreglar aquel desastre, pero con tan mala suerte que una serpiente sin cabeza me mordió en el cubo y éste empezó a desangrarse. Mientras intentaba en vano cortar la hemorragia, un río sin agua se desbordó y se llevó todo por delante.
-¡Socorro! ¡Socorro! ¡La cabra muerta se ahogará en el río sin agua!
A esta llamada desesperada contestó mi amigo sordo que fue a buscar a mi amigo paralítico. Éste, valientemente se arrojó al río sin agua y se puso a nadar para salvar a la cabra muerta que se iba a ahogar.
En aquel preciso instante apareció nuestro vecino mudo, que gritó:
-¡No os preocupéis! ¡Dejadme a mí!
Y fué y rescató a la cabra y le hicimos el boca a boca y resucitó.
Entonces la cabra muy enfadada se puso a insultar y a dar patadas a todo el mundo y dijo:
-¡Todo es mentira! ¡Pura mentira!
Y todo desapareció. Que pena.
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nadie -
elprincipito -
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elprincipito -