Hambre y ganas de comer
Ayer martes 27 de Septiembre de 2005 tuvo lugar la inauguración oficial del nuevo edificio del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. En Madrid. Spain.
No entraré en detalles.
En la planta baja 20 o 30 personas estudiaban las pinturas siempre tangenciales del maestro Antonio Saura. Pinceladas como puñaladas, lienzos como palizas.
Otras 20 o 30 personas subían y bajaban las escaleras del nuevo edificio, intentando comprender el arte acomodaticio del arquitecto Jean Nouvel. Puertas vasculantes, ventanas perpendiculares al sol, muros transparentes.
Y en la planta sexta unas 2000 o 3000 personas se amontonaban intentando llevarse un canapé a la boca. Gente adulta, en su mayoría bien alimentada (me atrevería a decir que hasta demasiado alimentada) empujándose unos a otros por unas aceitunitas maceradas en aceite de oliva, unas virutitas de jamón pata negra, un vasito de vino o una copa de cava.
No sé porque me acordé de cuando era pequeño y volvía corriendo del cole y entraba como un huracán en mi casa:
- ¿Qué hay de comer, mamá? Tengo hambre
Y mi padre (que había vivido una guerra, y una posguerra y un exilio) me daba una hostia y me explicaba:
- Hambre no. Ganas de comer.
No entraré en detalles.
En la planta baja 20 o 30 personas estudiaban las pinturas siempre tangenciales del maestro Antonio Saura. Pinceladas como puñaladas, lienzos como palizas.
Otras 20 o 30 personas subían y bajaban las escaleras del nuevo edificio, intentando comprender el arte acomodaticio del arquitecto Jean Nouvel. Puertas vasculantes, ventanas perpendiculares al sol, muros transparentes.
Y en la planta sexta unas 2000 o 3000 personas se amontonaban intentando llevarse un canapé a la boca. Gente adulta, en su mayoría bien alimentada (me atrevería a decir que hasta demasiado alimentada) empujándose unos a otros por unas aceitunitas maceradas en aceite de oliva, unas virutitas de jamón pata negra, un vasito de vino o una copa de cava.
No sé porque me acordé de cuando era pequeño y volvía corriendo del cole y entraba como un huracán en mi casa:
- ¿Qué hay de comer, mamá? Tengo hambre
Y mi padre (que había vivido una guerra, y una posguerra y un exilio) me daba una hostia y me explicaba:
- Hambre no. Ganas de comer.
18 comentarios
Leona -
Amélie Poulain -
Explicaría mejor este comentario insulso, pero se acaban los canapés.
la sombrilla insolada -
kaperuzita -
para qué sirven las inauguraciones sino para comer y suicidarse colectivamente
maray -
milena de las sexperiencias -
nadie -
las aceitunitas no eran itinerantes, eran arte efímero, porque las bandejas no llegaban ni a tocar la mesa.
Parecía un número de magia de esos del David Copperfield. Inmediatamente pensabas: ¿Ya no están? ¿A ver si ha sido todo producto de mi imaginación?
nadie -
Y debo confesar que no la merezco. Que lo de "vascular" no a sido aposta, si no que es producto de un defecto congénito por el que tengo el dedo índice de la mano izquierda más largo de lo normal, y cuando le quiero dar a la v le doy a la b. Sin querer. Por una razón análoga (el dedo meñique de la mano derecha más corto) muchas veces me como los acentos.
Que se le va a hacer. Asi es la vida.
De cualquier manera, me adhiero a su apreciación, que no por erronea es menos acertada.
carlos -
y lo itinerante hay que verlo antes de que itinere.
que el Guernica, puede esperar.
hasta Dalí, incluso.
(el domingo me daré una vuelta por ahí a ver como me han dejado mi Sofía del alma.)
*
Julián -
La Miss Intelijente -
Nuala -
Dios es mujer.
Obviamente.
Nadie -
Nuala -
Tu padre era un hombre sabio, pero supongo que hay mejores formas de dar una lección. O no, porque no la has olvidado.
En este tipo de eventos es cuando descubres que a la mayoría de la gente que acude le importa un cojón de pato el arte. Ellos están allí para sumarse a la exposición, para ver a otras personas y que los vean. Naturalezas muertas y postureo fino. Hiperrealismo para la élite.La lucha por el canapé le añade cutrez, un elemento darwiniano que de repente se convierte en la metalucha, la esencia de qué es el hombre.
La vida cuando imita al arte elige siempre la estética y se olvida de la ética y del contenido.
Ella y su orgía -
El final, muy fuerte.
burma -
burma -
(v) -
quitando la hostia me gusta el razonamiento de tu padre...